La crisis económica provocó la pérdida de miles de empleos, pero no afectó de igual forma a todos los sectores y tampoco a todos los grupos de edad. Y es que, en los años en los que sus efectos eran más visibles, el 21% de los trabajadores mayores de 50 años se encontraba en situación de desempleo.
En junio de 2017, el 70% de las personas de más de 55 años en paro creía que nunca volvería a trabajar, según se desprende de un informe de Adecco, pero los últimos datos apuntan a que la contratación de empleados pertenecientes a este colectivo va en aumento.
En el primer trimestre de 2018, un total de 44.000 contratos temporales de trabajadores mayores de 45 años pasaron a ser indefinidos, lo que se traduce en un incremento del 22% con respecto al mismo periodo del año anterior, según los datos publicados por el Servicio Público de Empleo (SEPE).
En esos mismos meses, un 22,6% de las conversiones de contrato que se realizaron fueron de profesionales de más de 45 años, la mayor tasa alcanzada desde el inicio de la crisis y que duplica al dato registrado en 2008.
La edad es un elemento que se tiene muy en cuenta en los procesos de selección. Según un informe de Infoempleo y Adecco, la edad media requerida para los puestos de trabajo que se ofertan es de 33 años, si bien, es cierto que en 2017 este criterio se ha incluido de forma explícita en el 26% de las ofertas, lo que supone un descenso del 4,4% respecto a 2016.
Existen motivos, y no pocos, por los que las empresas deberían incluir a trabajadores mayores de 45 años en sus plantillas, y así lo han sabido ver aquellas que han contribuido a mejorar los datos de empleo de este colectivo. Estos son algunos de ellos:
Experiencia. Que la experiencia es un grado es un mantra que repetimos una y otra vez en referencia a muchos ámbitos, pero lo cierto es que en el terreno profesional es un valor que, según los datos del paro, en muchas ocasiones pasa desapercibido.
No cabe duda de que contar con trabajadores cualificados académicamente es necesario en una empresa, pero también lo es contar con aquellos que, a través de su experiencia, conocen el sector. Conseguir un equipo equilibrado, que combina personal joven, familiarizado con las nuevas tecnologías y con los conocimientos más actuales; y de mayores de 45 años, que aportan experiencia, formas de trabajar, éxitos y fracasos y procedimientos de resolución de conflictos y dificultades; resulta muy beneficioso.
Adaptación al cambio. Perder el empleo es un obstáculo en el camino al que hay que saber enfrentarse y que requiere un proceso de adaptación a una situación nueva para aquellos que, pasados los 40, ven como se trunca su carrera profesional.
La capacidad de adaptación a ese cambio lleva a muchos a buscar alternativas con el objetivo de mejorar su empleabilidad, entre las que se encuentran formarse en materias como las nuevas tecnologías y reciclar los conocimientos teóricos sobre su área de desarrollo profesional.
Aunque con cambios que, quizá, no sean tan bruscos, el entorno laboral está en continua evolución y, por ello, aquellas personas que han tenido que demostrar su capacidad de adaptación en otras ocasiones son las que mejor suelen responder ante las transformaciones.
Compromiso. La madurez que alcanzan las personas a lo largo de la vida va unida, en la mayoría de los casos, a un mayor grado de compromiso con los proyectos vitales y profesionales.
Esta madurez hace que las personas, tomando como base las experiencias ya vividas, sepan qué quieren y qué esperan de su carrera profesional, lo que les permite implicarse con más intensidad en la empresa para la que trabajan.
Contactos. El tiempo trabajado se traduce en experiencia, pero también en otros activos igualmente importantes, como es la red de contactos forjada a lo largo de los años. Un puesto de trabajo requiere relacionarse con distintos perfiles que aunque, a priori, quizá no resulten de interés para la empresa, pueden serlo más adelante.
Esta libreta de contactos irá con el trabajador allá donde éste vaya, y podrá ser de utilidad para la consecución de los objetivos marcados por la nueva empresa, ya sea a nivel de clientes, proveedores, colaboradores o socios.
Bonificaciones. Existen distintas bonificaciones aplicables a los contratos para personas mayores de 45 años. A nivel estatal, estas medidas están contempladas en la Guía 2018 de Bonificaciones/Reducciones a la contratación laboral publicada por el SEPE.
En ella se recoge que las empresas de menos de 50 trabajadores que contraten a trabajadores o trabajadoras de más de 45 años tendrán una bonificación de 1.300 euros al año durante un máximo de 3 años. Si se trata de mujeres de esa edad subrepresentadas, es decir, en sectores donde trabajan mayoritariamente hombres, la cifra asciende hasta los 1.500 euros.
También hay ayudas de este tipo a nivel de las Comunidades Autónomas. Un ejemplo son las aplicadas por el Servicio Valenciano de Empleo y Formación, dependiente de la Generalitat valenciana, que destinará este año una partida de 9 millones de euros para contratos a personas en exclusión social, desempleados de larga duración mayores de 45 años, desempleados de muy larga duración y mayores de 50 años.
Fuentes
- Por qué los 50 son más atractivos
- Trabajos para mayores de 50
- Las ofertas de empleo para mayores de 45 años vuelven a caer: apenas superan el 2%
- Encontrar empleo después de los 45
- Los contratos temporales de mayores de 45 años convertidos a indefinidos crecen un 22%
- ¿Conoces las ventajas de contratar a una persona de más de 45 años?
- ¿Qué ventajas tiene para la empresa contratar a mayores de 45 años?
- Obligados a emprender a los 50: «He estado años sin que me llamen para una entrevista»
- 7 de cada 10 desempleados mayores de 55 años cree que no podrá volver a trabajar nunca