Las condiciones laborales en las que las personas llevan a cabo su carrera profesional son un claro indicador del nivel de desarrollo de una sociedad y de las posibilidades que ésta tiene para alcanzar un crecimiento que sea sostenible social, económica y medioambientalmente.
Una prueba de ello es el hecho de que las Naciones Unidas hayan tenido en consideración el concepto del trabajo decente en la elaboración tanto de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), como de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), basados en los avances logrados con el primer compendio de medidas.
También la Organización Internacional del Trabajo (OIT) se ha volcado con la idea de conseguir que la decencia sea el denominador común de todos los puestos de trabajo en cualquier punto del planeta, porque solo así se puede alcanzar un mundo sostenible y equilibrado.
El trabajo decente y productivo es aquel que se desarrolla en condiciones de libertad, equidad, seguridad y dignidad humana. Por ello, es necesario debatir sobre las implicaciones de este modelo de empleo y cuáles serían las consecuencias de lograr que la actividad profesional estuviera siempre respaldada por unas condiciones laborales dignas.
Un sistema de empleo decente supone la abolición del trabajo infantil, el trabajo forzoso, la desigualdad y la peligrosidad laboral. Todo ello trae consigo un entorno equilibrado y condiciones dignas para los trabajadores, sea cual sea su sector y su ámbito geográfico. En definitiva, y tal y como destacan desde la OIT, lleva asociada la construcción de un mundo mejor.
El trabajo decente es el trabajo con dignidad y con condiciones. Con él, los trabajadores pueden sentirse realizados, pero también obtienen otros beneficios, entre los que se encuentra la gran cartera de posibilidades que abre para la sociedad y los beneficios que le reporta.
Solo a través de los salarios dignos, el empleo puede ser el sustento de las familias, un sustento que proporcione un mejor nivel de vida y que permita, por ejemplo, ofrecer una educación digna a los niños y niñas. Pero, además, nos da seguridad y protección, es un escudo contra la discriminación y posibilita que podamos retirarnos del mercado laboral con dignidad.
El momento de luchar por el empleo que queremos, por el trabajo decente, es ahora. En Integrity Lives & Jobs estamos en esa tarea.