La protección de la maternidad en el entorno laboral es un derecho fundamental reconocido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, cuyo objetivo es garantizar no solo que las mujeres no puedan ser discriminadas debido a su rol reproductivo, sino también su seguridad y la de los bebés durante el embarazo y las etapas posteriores.
El hecho de que las mujeres gocen de una de protección especial de cara a ser madres está relacionado con hasta cinco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible(ODS) de Naciones Unidas: fin de la pobreza, hambre cero, salud y bienestar, igualdad de género, trabajo decente y crecimiento económico y reducción de las desigualdades.
Si tenemos en cuenta este aspecto, no cabe duda de que proteger a las mujeres en edad reproductiva y durante el embarazo es un asunto que compete tanto a mujeres como a hombres de cara a construir sociedades justas, avanzadas y desarrolladas.
La protección de la maternidad está fijada por la Organización Internacional del Trabajo(OIT) a través de dos herramientas: la Convención 2000(N. 183) y la Recomendación 2000(N. 191).
Según estas normas, este derecho está fundamentado en cinco pilares básicos. El primero hace referencia a la protección sanitaria en los lugares de trabajo, es decir, a garantizar que las mujeres embarazadas no se expongan a actividades o sustancias peligrosas durante ese periodo.
Las bajas de maternidad con retribuciónson otra de las claves a este respecto. Pese a que se recomienda que se extiendan por un periodo mínimo de 14 semanas, solo son obligatorias durante las seis primeras. En ese tiempo, la mujer deberá recibir, al menos, dos terceras partes de su sueldo habitual, que deberá ser sufragado a través de los seguros y los fondos públicos, y no sólo a través del empleador, para evitar la discriminación.
Son también fundamentales los beneficios médicosa los que deben tener acceso las mujeres durante el embarazo, el parto y el postparto, para garantizar su salud y la del bebé, así como la productividad en el trabajo.
La protección a la maternidad en el entorno de trabajo también incluye los acuerdos para el periodo de lactancia, cuando las mujeres deben tener derecho a disfrutar de una o más pausas al día o una reducción de jornada sin que su salario se vea afectado.
Garantizar que la mujer no sufrirá ningún tipo de discriminación laboralpor quedarse embarazada es fundamental. Para lograrlo, se debe blindar la oportunidad de que las mujeres puedan volver a su trabajo anterior o a uno equivalente después del periodo de la baja y sin variaciones en su sueldo.
Aunque visiones reduccionistas apuntan a que los estándares de la protección de la maternidad son solo beneficiosos para las mujeres, lo cierto es que esta normativa contribuye a garantizar la igualdad de género, a mejorar de la nutrición de los niños y su desarrollo temprano y a generar una mano de obra sana y productiva. Y todo ello, sin duda, beneficia al crecimiento económico y al desarrollo de los países.
Fuente: Vídeo de la OIT ‘Maternity protection at work: It matters to everyone’